Y así ha llegado por fin el momento de colgar el portahilos que recibí en Navidad como regalo de amigo invisible de parte de mi amiga Marina.
Estaba sufriendo por no tenerlo aun colocado, pero no terminaba de decidir el lugar adecuado.
Al final he optado por ponerlo donde paso la mayor parte del día, nuestra habitación de "todo", y que además es donde pongo la máquina de coser cuando me dedico a ello.
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